Historia de la Costa Brava
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La ubicación geográfica de lo que ahora conocemos como Costa Brava, ha sido, desde hace siglos, una zona de paso y asentamiento para numerosos pueblos y culturas, y la puerta de entrada en la Península desde la Europa mediterránea. La gran cantidad de restos históricos de la zona son testimonio de este hecho.
Los primeros vestigios de actividad que nos encontramos pertenecen a los pobladores del Paleolítico.
Avanzando un poco en la historia, constatamos la presencia de pueblos indoeuropeos que dejaron su rastro en construcciones megalíticas que podemos encontrar muy cerca de Rosas, en las Gavarres y en la Sierra de Rodes. Estos monumentos tienen una antigüedad estimada de 5000 años a. C. y los podemos encontrar en las comarcas del Pla de l’Estany, la Cerdaña, La Selva, Bajo Ampurdán y Alto Ampurdán.
Milenios más tarde, observamos la presencia de pueblos colonizadores como los Griegos o los romanos.
Durante el siglo III a. C. el territorio ibérico fue un importante escenario de las operaciones bélicas que mantuvieron cartagineses y romanos, las denominadas Guerras Púnicas. En el momento en el que los cartagineses fueron finalmente derrotados, los romanos tomaron el control de la zona y progresivamente de toda la península ibérica, pero tuvieron que luchar constantemente contra la resistencia local. Una de estas tribus autóctonas eran los indigetes, que estaba situados en el área litoral que ahora ocupa la Costa Brava.
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Origen del término Costa Brava
El término «Costa Brava» fue publicado por el periodista Ferran Agulló en las páginas de La Veu de Catalunya el 12 de septiembre de 1908. Con esta expresión el periodista quería describir el paisaje agreste y escarpado que caracteriza gran parte de la zona costera.
«Costa brava» es, desde tiempo inmemorial, una locución propia de gente de mar. En los medios marineros se llamaba y se llama costa brava a toda costa abrupta y rocosa, de características análogas a la costa de Mallorca pero en la gerundense. El nombre quizás no tiene raíz popular, pero es de origen marinero y, en la costa catalana y en el siglo decimonoveno, esta es una forma de raíz popular.1
Ya por la década de 1930, los turistas llenaban las playas de la zona, pero aún se mezclaban con pescadores y agricultores que cultivaban cerca de la costa. A partir de la década de 1950 y 1960 el fenómeno turístico se generalizó y hubo un gran desarrollo urbanístico de algunas localidades de estas comarcas.
Hasta la llegada de la economía del turismo, muchas de las localidades de la región costera eran pequeños pueblos de pescadores de casas encaladas y estrechas callejuelas. Sus habitantes, sus tradiciones y la belleza natural de la región despertaron el interés de artistas y escritores como Marc Chagall, Picasso, Rusiñol o Dalí. Actualmente, la zona aún conserva gran parte de esta esencia que la caracterizaba antes del cambio que supuso la llegada del turismo.
La popular denominación «Costa Brava» asignada al litoral gerundense fue adoptada internacionalmente en los años de máximo esplendor del fenómeno turístico y se oficializó en 1965.
Fue a partir de 1950 cuando llegaron los turistas europeos y alrededor de 1960 hubo un gran desarrollo urbanístico en las localidades que tenían playas de arena, como Tossa de Mar y Lloret de Mar. Mientras que otras playas o localidades que tienen una costa más abrupta conservaron su esencia tradicional.
Entre estos lugares pintorescos destacamos Cadaqués, pequeño pueblo de pescadores situado en la parte norte de la costa, a 32 km. de la frontera francesa. Allí vivió Salvador Dalí con su esposa Gala y aún se puede visitar su casa. Si nos paseamos por su encantador puerto pesquero vemos casi intacto ese escenario que Dalí reflejó en sus cuadros. Quizás una de las razones por las que ha mantenido su originalidad es porque está muy aislado, y para llegar hay que hacer un largo recorrido por carreteras tortuosas que cruzan un gran macizo montañoso.
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Costa Brava. Apogeo años 50 y 60
Cuando actores del Star System Norteamericano de la talla de Ava Gardner, Rita Hayword y Frank Sinatra, así como el gran escritor Ernest Hemingway, etc se congregaban en las playas y chiringuitos de la Costa Brava en lugares entrañables como Platja d´Aro y Tossa de Mar contribuyendo a llamar la atención del resto de mortales sobre esas tierras vírgenes y todavía libres de especulación inmobiliaria.
Truman Capote escribió ‘A sangre fría’ en el Hotel Trías de Palamós. El mismo donde se alojaron Ava Gardner, Madeleine Carroll, Josep Pla, Salvador Dalí, Robert Ruark, Federico Mompou, Amenábar… y otros tantos famosos, artistas y literatos que buscaban refugio en las playas de la Costa Brava.
Costa Brava y Hollywood
La Costa Brava ha servido en muchas ocasiones de plató para realizar producciones cinematográficas, tanto nacionales como internacionales. Sus playas, calas y bosques y también algunas localizaciones interiores han visto desfilar a estrellas de la talla de Elisabeth Taylor, Katherine Hepburn, Ava Gardner o Kirk Douglas.
Todo empezó en 1930 con La edad de oro de Luís Buñuel, pero sobre todo en la década de los 50, con la llegada de figuras famosas del mundo del cine. Películas como Pandora (1950), Mister Arkadin, dirigida por Orson Welles (1954), Simbad y la princesa (1958), Los viajes de Gulliver (1959), De repente el último verano (1959) y un largo etcétera hasta llegar al cine contemporáneo con piezas como Costa Brava (1995), Carreteras secundarias (1997) o Nubes de verano (2004).
National Geographic Best Trip 2012
En el año 2012, la prestigiosa revista National Geographyc galardonó a la Costa Brava con la mención BEST TRIP